Entrevista a Milagros Irastorza: la oficina, una revolución de experiencias
Milagros Irastorza es arquitecta y fundadora de MIA Works, un estudio especializado en arquitectura corporativa y comercial, cuya visión conquistó gigantes de la talla de Mercado Libre, Despegar, IRSA, Arcos Dorados y Google. Cómo es su mirada sobre la transformación de los espacios de trabajo y qué cambios tienen que adoptar las empresas para no perder vigencia.
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¿Cómo cambió la forma de diseñar, pensar y habitar los espacios de trabajo después de la pandemia? ¿Qué deben hacer las empresas para que la gente quiera volver a la oficina?
La pandemia no cambió la forma de trabajar ni cambió los espacios con algo nuevo, sino que aceleró cambios que venían desde hace tiempo. La tecnología los estaba posibilitando, pero no todas las empresas se animaban a aplicarlos. Cuando pasó la pandemia, todos nos resistimos a la idea de volver a la oficina, pero salimos a la calle: podemos trabajar en un café, en un aeropuerto o desde las vacaciones.
Hay un concepto que me gusta y es que una empresa no es una oficina, no es lo que sucede dentro de cuatro paredes: es la gente, esté donde esté. Hoy las personas están más despiertas y exigentes, vuelven a la oficina con un propósito. A encontrarse con el otro, a vivir una experiencia distinta, asistir a un evento o una reunión general. Además de ser lindas y atractivas, las oficinas tienen que enfocarse en la experiencia, en las necesidades y gustos de la gente. Los espacios tienen que ser saludables, inclusivos, abiertos… tienen que potenciar las virtudes de la presencialidad y no transformarse en cibercafés.
¿En qué consiste la biofilia aplicada a la arquitectura corporativa? ¿Qué beneficios brinda en los entornos de trabajo?
La biofilia no se trata solo de poner plantas por todos lados, sino de diseñar pensando en los conceptos de la naturaleza: un entorno más orgánico, más intuitivo, más preparado para el cambio. La luz natural, las vistas y la utilización de materiales naturales, simples y auténticos…, eso es parte del bienestar. Antes, el foco de las empresas estaba en optimizar costos y espacios. Hoy en día, se valora tener calidad en el espacio; tal vez ir menos a la oficina, pero estar cómodos y cuidados.
Lo único que tenemos como certeza es que todo puede cambiar. En vez de puestos unitarios, pensar en “barrios” donde cada uno tenga un área con salas de estar, espacios de concentración y herramientas personalizadas. Ya no tienen sentido los escritorios asignados cuando están vacíos cuatro veces por semana.
Este concepto de diseñar pensando en el cambio, o life-centered design, ¿cómo se manifiesta en los espacios de trabajo?
Cuando diseñás, diseñás un espacio que va a ser apropiado por los usuarios. Un diseño exitoso es aquel que la gente empieza a personalizar o a adaptar al uso de cada momento.
Me interesa pensar las oficinas como centros de conexión. Hoy, la gente de una empresa es una fuerza laboral totalmente distribuida, y la oficina es el punto de conexión donde se transmite la cultura, se hacen eventos y donde la gente se encuentra. Quizá, en vez de tener muchos metros en un solo lugar, una empresa va a tener oficinas de cercanía o coworking de cada barrio y utilizar la oficina principal para eventos o situaciones especiales. Varias empresas están repensando su oficina central desde un lugar más colaborativo y de encuentro.
Según Bruce Mau, diseñador e innovador, el diseño es liderazgo cuando inspira comportamientos. ¿De qué formas puede la arquitectura inspirar cambios en la sociedad?
El buen diseño siempre inspira. Si te sentís a gusto en un lugar y tenés las herramientas apropiadas para potenciar tus habilidades, vas a sacar lo mejor de vos.
Por otro lado, creo que las oficinas tienen que abrir sus puertas y dejar que la calle entre un poco, ser más conscientes de su entorno. Hoy las personas le exigen a la empresa tener un propósito que vaya más allá de la rentabilidad pura: ser sustentables, inclusivas, cuidar a sus empleados, pero también tener un impacto positivo en la sociedad. Podrían crear una situación abierta, mejorar un espacio público o generar experiencias urbanas que sucedan adentro de la oficina.
¿Qué lugar ocupa la sustentabilidad en los espacios de trabajo? ¿Qué medidas se realizan desde la arquitectura y el diseño?
Ya no se puede pensar el diseño sin criterios de sustentabilidad. Uno de ellos es la elección de materiales: que hayan sido reciclados, que estén certificados, que se conozca su origen. Usar materiales locales o promover los oficios de la zona. También ser conscientes de cómo manejarlos en obra, de manera de intervenirlos lo menos posible para seguir prolongando su vida útil en otros ciclos de reciclaje.
A la hora de diseñar, ¿cuánto incide en tu trabajo lo que marcan las tendencias? ¿Cómo lográs el equilibrio entre el diseño y la identidad de marca del cliente?
Más que a las tendencias, uno tiene que estar muy atento a lo que pasa en el mundo. Pero lo más importante es conocer en profundidad a tu cliente y a la cultura de esa empresa. Así, el diseño va a ser auténtico y va a funcionar mejor. Solo después propongo tendencias. Siempre trato de incomodarlos un poquito. Uno tiene que incomodarse a sí mismo, cambiar el punto de vista y animarse a pensar diferente. Las visiones distintas hacen a la riqueza de un diseño.
Milagros Irastorza estudió arquitectura en la Universidad de Belgrano y cuenta, además, con un posgrado en Marketing. En 2001, abrió su propio estudio y se especializó en brindar servicios relacionados con la arquitectura corporativa para compañías nacionales e internacionales. Su foco reside en la innovación y excelencia en el diseño, buscando generar nuevas tendencias y singularidad en cada trabajo.