Open spaces: hacia un cambio de paradigma
Mediante la reformulación de conceptos clave de la arquitectura corporativa, las nuevas oficinas de Massalin contribuyen a la socialización mejorando tanto la producción individual como la colectiva.
La era digital está transformando la manera de relacionarnos. Las nuevas herramientas de comunicación a disposición de todos están generando, paradójicamente, una tendencia al aislamiento. Si las nuevas tecnologías son las que nos permiten acceder a la información a través de las pantallas, los espacios de trabajo tal vez deban reforzar las relaciones interpersonales. En este contexto, la innovación y la adaptación deben ser conceptos inherentes a la hora de encarar nuevos proyectos.
El diseño para las nuevas oficinas de Massalin asume estos desafíos para propiciar un cambio en la forma de ocupación del espacio de trabajo.
La tecnología, las políticas de gestión de cambio, las formas de ejecución y los materiales fueron elegidos sin perder de vista la idea inicial: diseñar un espacio de trabajo acorde a estos tiempos. En este sentido, el estudio eligió la línea de alfombras modulares Infinity, que se adapta a los complejos requerimientos de los espacios de trabajo actuales. Las alfombras fueron diseñadas especialmente con diferentes variaciones para poder distinguir visualmente las áreas de circulación de los open spaces. Además, se utilizó un color distintivo acorde a la identidad visual de la empresa para cada uno de los cinco pisos del edificio.
De espacios de trabajo a espacios de confort
El mercado laboral ha ido cambiando en los últimos tiempos al ritmo de sus nuevos postulantes: los millennials. Ellos no sólo buscan trabajo sino “hacer lo que les gusta”. El espacio para contener sus expectativas debe ser amigable, empático. En otras palabras, debe ser cómodo como estar en casa y funcional como una oficina.
Siguiendo esta premisa, se incorporaron elementos domésticos que se funden sutilmente con el equipamiento propio de los espacios de trabajo. Lámparas de pie, sillones, carpetas, conforman un clima interior cálido y que se reconoce como cercano.
De open space a flex office
El requerimiento de optimizar al máximo las inversiones iniciales y de mantenimiento de las oficinas, que en otras circunstancias podría ser restrictivo, en este caso facilitó la decisión de indagar en el concepto de “oficina flexible”, donde los puestos de trabajo dejan de tener una ubicación fija y las posiciones jerárquicas comparten un mismo espacio abierto.
Así, cada oficina resulta más abierta y los materiales a aplicar en las terminaciones cumplen un rol importante. Las prestaciones acústicas son tan determinantes como las estéticas. Los pisos, los revestimientos y los cielorrasos deben garantizar un espacio de trabajo con niveles de ruido óptimos. En este sentido, la aplicación de alfombras de alta prestación en los solados fue determinante.
De salas de reunión a lugares de coincidencia
Además de la clásica reunión agendada, ahora los encuentros pueden ser causales, inesperados. Tomar un café, buscar un documento impreso, cambiar de posición de trabajo (de trabajar sentado a trabajar parado) o simplemente levantarse del escritorio para cambiar el aire, pueden ser situaciones de encuentro. Por ello, los lugares de coincidencia deben estar donde se los necesita, inmersos en el mismo espacio de trabajo.
De confidencial a colaborativo
Cuando las ideas se comparten pueden sumarse a otras, enriquecerse y crecer. Por supuesto siguen existiendo temas confidenciales que requieren un tratamiento diferenciado y espacios que no permiten ninguna filtración, pero la mayoría de los procesos se enriquecen si se socializan. Para responder a estas situaciones contrapuestas, los arquitectos diseñaron lugares diferenciados en donde todos tienen a disposición tanto la posibilidad de juntarse como de aislarse. Para mantener la continuidad entre estas situaciones contrastantes, se recurrió al ininterrumpido tratamiento de los solados, tomando la decisión de alfombrar todos los espacios de trabajo.