Entrevista a Leandro Erlich: la yuxtaposición de la realidad y la ilusión, la representación y la ambigüedad

Invitado a ser parte del proyecto Hanjin Shipping The Box Project 2014, que busca promover a aquellos artistas que dominan la escena internacional, el argentino Leandro Erlich creó Port of Reflections, una impactante obra site specific que recreó en el National Museum of Modern and Contemporary Art de Seúl (MMCA) un puerto flotante en el que los visitantes pudieron ver el reflejo de los barcos suspendidos en el aire.

Formamos parte del proyecto con nuestra alfombra Tufting 10, que recubrió los laterales y el fondo de la instalación, desde donde también fue posible acceder y apreciar la obra con otra perspectiva. La alfombra, una moquette de felpa compacta conformada en un 80% por pura lana virgen y en un 20% por nylon, fue elegida por su suave materialidad y alta resistencia al tránsito, y porque propicia un mejoramiento acústico notable en el ambiente.

Con Port of Reflections, Erlich subvirtió el espacio cotidiano transformándolo en un fantástico mundo de sorpresas y paradojas a través de la yuxtaposición de la realidad y la ilusión, lo real y lo irreal, y la representación y la ambigüedad, construyendo con ello un vocabulario único en su contemplación del mundo.

¿Cómo seleccionás los materiales que utilizás en tus instalaciones?

Cada idea requiere una materialización diferente y un desarrollo particular en cuanto a la concreción. Es por esto que trabajo mucho en la selección y en la investigación de los materiales, explorando y conociendo nuevas tecnologías.

¿De qué manera nació la idea de Port of Reflections?

Crear una muestra site specific que partiera desde una ciudad como Buenos Aires hacia otra como Seúl, geográficamente opuesta, fue ciertamente un punto de inspiración que me llevó a analizar el reflejo de una sobre la otra. Otro punto inspirador fue la magnitud del espacio de exposición, sus dimensiones, su disposición. Me interesa ver la manera en la que los visitantes abordan en un primer momento el espacio de la instalación. Siempre imagino y pienso en cuál será la experiencia del espectador al visitar mi obra y ese fue un factor determinante para la creación de Port of Reflections. Así fue como imaginé este gran muelle con un velero, varios botes amarrados y la reflexión de todo este paisaje que se recorta sobre el profundo fondo negro.

¿Cómo viviste esta nueva experiencia tuya de exponer en un país como Corea, con una cultura tan rica y longeva?

Previo a la invitación del National Museum of Modern and Contemporary Art de Seúl (MMCA) para participar del este gran proyecto, yo ya había visitado el país en varias ocasiones. Participé en la primera Biennal de Busan 2002, en Seoul Media City 2005 y en Song Eun Art Space 2012. Al tener una gran admiración por la cultura coreana, me entusiasmó muchísimo la oportunidad de crear una instalación para este espacio tan prestigioso, además de que existe algo muy especial en el hecho de crear una obra para un contexto físicamente tan distante al mío.

¿Cuán difícil resulta la logística de una muestra de esas magnitudes?

La logística y la coordinación fue un punto primordial para la concreción del proyecto. La producción se llevó a cabo en distintos países simultáneamente: Corea, Argentina y Uruguay, lo que significó para mí una gran cantidad de viajes. Sólo un año antes de la instalación de la muestra, ya había viajado a Seúl tres veces por este proyecto. Parte de mi estudio también viajó a Corea durante un mes para llevar a cabo la instalación junto a dos equipos locales que nos asistieron en el trabajo de armado. Se generó una sinergia fantástica en el equipo, integrado por personas de distintas nacionalidades y culturas, fue emocionante.