Entrevista a Geraldine de San Bruno: traer la naturaleza a casa

Geraldine de San Bruno creó la colección Paisaje nativo entre pinceles y plantas, sus dos grandes pasiones. A través de la ilustración botánica, la diseñadora gráfica busca contagiar conciencia ambiental y llevar la naturaleza al corazón del hogar, en un intento de reconectar con nuestra humanidad más pura. Su trabajo está atravesado por la búsqueda incansable de sentido y trascendencia, los motores de su obra creativa.

“La alfombra es un mensaje.” 

¿Qué es una alfombra para vos? ¿Te evoca algún recuerdo o emoción? 

La alfombra tiene calidez, confort. Una alfombra viste cualquier lugar. La lana de por sí tiene esa cualidad de “mullidita” por la textura, el pelaje de un animal: tocás una alfombra y tocás una oveja. Comprar un producto ético no me parece un detalle menor. Por eso me encanta que las alfombras cierren el ciclo de algo que tiene la ética del consumo, porque estamos dentro de una sociedad capitalista, pero se protege el medioambiente y se habla de cómo están hechas y de quiénes las hacen.  

Vivimos en una ciudad rodeados de lo sólido, el asfalto…. La pandemia germinó en la gente el deseo de ver más verde, más naturaleza, algo fresco. Yo ya venía, desde antes, desarrollando cómo llevar la naturaleza y la conciencia ambiental a la casa. De alguna manera, se van cruzando en mí las disciplinas en función de las cosas que me interesan. Y las alfombras nacen de eso, de poder llevar la naturaleza a tu casa. Ver lo bello no solamente en un objeto, sino en un mensaje. La alfombra es un mensaje. Siempre hablo de que el dibujo no sea solamente lindo, sino que también ayude a que puedas lograr una conexión con algo que te interesa. Quiero que mi trabajo sirva para algo y trato de encontrar la militancia ecológica desde un lugar bello. Entrar por lo lindo para generar un cambio a veces es más fácil que entrar por lo feo.  

Cactos en Flor está confeccionada con hilados de pura lana, una fibra natural noble que asegura una pisada suave y confortable que invita a ser vivida. 

¿Cuál es tu vínculo con el color? ¿Cuán importante es a la hora de diseñar?  

El color es un lugar muy bello. Me encanta la magia de entenderlo. Tiene que ver con una sensibilidad, una sensación. Tiene una carga cultural pero también evoca emociones y recuerdos, ¿no? Uno recuerda cosas por sus colores. Recordás el vestido que te gustaba cuando eras chica, el guardapolvo blanco del colegio, una flor… Creo que el color tiene efectos psíquicos y sentimentales.  

Monstera Deliciosa se inspira en la especie botánica conocida como cerimán o costilla de Adán, un ejemplar endémico de selvas tropicales que se distribuye desde el centro y sur de México hasta el norte de Argentina. 

¿Qué le aportó a tu obra trabajar con una fibra natural como la lana? ¿Sentís alguna conexión personal o profesional con el material?  

Es de los trabajos más lindos que hice. Hablando de naturaleza, la lana me parece un material muy noble. Los procesos de El Espartano son super cuidados y delicados. Las alfombras tienen, más allá de ser lindas estéticamente, un cuidado por la naturaleza y eso me parece hermoso.  

Me encanta trabajar con la industria nacional y haber podido observar cómo se tejen las alfombras. Me recordó al Arts & Crafts. De hecho, se está volviendo a la artesanía. El artesano es un manipulador de las herramientas y también de los productos locales. Y así, volvemos a lo nuestro: son nuestras ovejas, la lana viene de acá. Hay alguien que las cuida, que las quiere porque son su fuente de trabajo, las esquila, prepara la lana… El producto final va a tu casa y a la planta del pie, que es la conexión con la tierra. Por eso creo que cierra un círculo conceptual: desde el objeto hasta lo espiritual y la conexión con la naturaleza. 

La colección Paisaje Nativo obtuvo el Sello del Buen Diseño 2022. 

¿Qué significó esta colaboración en tu recorrido profesional? ¿Cómo fue el vínculo que se generó con este trabajo en equipo? 

Trabajamos mucho en conjunto. Yo soy muy delirante y fantasiosa, y ellos son muy concretos y realistas. Estuvo buena la simbiosis que se generó. Me nutrió de un montón de conocimientos. El trabajo que hacen es fascinante: el tejido, la industria familiar, la historia de El Espartano… También la relación entre las máquinas y el trabajo industrial con lo artesanal y la conexión con el diseñador.  

Ellos fueron muy abiertos para dejarme plasmar mis ideas, pero también nos conectamos mucho con los procesos para optimizar recursos. Queríamos que las alfombras salieran lindas y que no se perdiera material. Pensamos en cuál era la mejor forma de diseñarlas, cómo eran las terminaciones, las formas. Trabajamos en función de cómo era el dibujo técnicamente para optimizar la cantidad de trabajo manual y que el producto estuviera cuidado, tanto desde el diseño como la realización y la terminación. Fue muy enriquecedor trabajar a la par. 

¿Qué libros tenés en la mesita de luz?  

Fui muy lectora de ciencia ficción y de ficción durante mucho tiempo, pero ahora leo información científica. Recomiendo En busca del árbol madre, de Suzanne Simard, una ecóloga canadiense; El ingenio de los pájaros, de Jennifer Ackerman, acerca del comportamiento de los pájaros y Una breve historia del jardín, por el paisajista Gilles Clément. También estoy leyendo un libro de Masanobu Fukuoka, que fue quien inventó las bombas de semillas.  


 Geraldine de San Bruno, también conocida como Cherry, es diseñadora gráfica de profesión, docente universitaria, ecologista y artista. Su inspiración brota de los momentos de contemplación pura de la naturaleza: observar a los polinizadores, escuchar a los pájaros, mirar dentro de una flor.


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