La visión de Li Edelkoort sobre el futuro de la moda, el diseño y el cambio social
Lidewij Edelkoort es una pronosticadora de tendencias, curadora, editora y educadora que vive constantemente en el futuro. Estudia las conexiones entre el arte, el diseño, la moda y la cultura de consumo, brindando intuitivos análisis de estilos de vida y diseño.
¿Desde qué instancia se involucra con el mundo de la tendencia y la moda?
La tendencia está virtualmente en todas partes del planeta, es como un área invisible alrededor de nuestro mundo. Es el pensamiento común de una masa crítica de gente capaz de captar una idea y encontrarla sin necesariamente buscarla. Mi herramienta más importante es la intuición. La intuición da direcciones, el cerebro las procesa para comprender, para saber qué camino tomar, y luego el corazón comienza a hacer un proceso emocional para descubrir los sentimientos que surgen de dichas elecciones. La mayor parte de las veces son ideas que aparecen de repente en mi mente. Y también soy yo preguntándome por qué esas palabras interesantes llegan a mí. A partir de ese momento, estudio esas palabras, esas ideas y armo conceptos. Es un proceso completamente mental, de hecho, nunca uso fotos, solo al concluir mi trabajo.
Standing Textile(s). Fransje Gimbrère propone al textil como un nuevo y atractivo material de construcción con infinitas posibilidades de aplicación. “Standing Textile(s)” dio como resultado una técnica que crea esqueletos de apariencia frágil que dan la sensación de volúmenes sólidos. Foto: Ronald Smits
¿Qué significa ser humanitaria en el mundo de las tendencias?
Significa que mi trabajo ha cambiado mucho a lo largo de los años. He visto cómo se erigía la idea del prêt-à-porter, cómo se volvía gradualmente importante, luego avasallante y por último una molestia y un peligro para el planeta y la gente. Ahora tengo una manera muy diferente de dirigirme al público. Durante mucho tiempo he tratado de motivar a mis clientes para que produzcan menos y mejor, para que se interesen y se acerquen a los biomateriales. Pero especialmente para que creen valor y sus productos no se transformen en algo desechable. Hay mucha más moralidad involucrada.
¿Cómo reciben sus clientes esta propuesta?
Unos años atrás escribí Anti_Fashion Manifesto (Manifiesto Anti-Moda), en donde explico porqué el sistema de la moda se está ralentizando, frenando por completo. Cuando escribí esto fue como ser un kamikaze, porque todos mis clientes podrían haberme dejado, aunque no fue el caso. Al contrario, todos me agradecieron porque era lo que estaban pensando y no podían decir. Desde ese momento creo tener una importancia diferente en este campo. Soy vista más como una defensora de un nuevo mundo, una investigadora de nuevas formas. Por ejemplo, todos los años organizo encuentros Anti_Fashion en Marsella. Congrego a gente que se encuentra trabajando en nuevas iniciativas sobre reciclaje, producción, venta minorista, entre otras. Se discuten nuevas ideas sobre cómo compartir el trabajo y es muy interesante ver cómo, año tras año, estos eventos se vuelven más importantes. Para mí es una oportunidad de conocer nuevos emprendedores que hoy están diciendo: “Esta fibra debería usarse para esto”. Me pone feliz porque hay un largo camino por recorrer, y es evidente que podemos crear una manera completamente nueva de trabajar.
¿Cómo vincula la tendencia con la vida cotidiana?
La tendencia no se reduce a la moda, el fashionismo es sólo una pequeña parte. Precisamente, lo que me hace conocida es el hecho de ver el gran cambio de mentalidad en el mundo y en los consumidores, cómo queremos vivir, qué es lo que precisamos, en qué consiste la nueva economía, cuáles son los nuevos ideales, los colores, los gustos, las frecuencias, los elementos, las esencias… Soy más bien una especie de visionaria. Hace unos años planteé un escenario para 2020 y cuando lo miro, descubro que todo ya está sucediendo, que es increíblemente preciso. Son cambios que suceden en el muy largo plazo. La mayoría de las ideas que descubro tardan entre diez y veinte años en tomar fuerza. Pero al mismo tiempo, por ejemplo, este verano puedo volver a decir todo lo que dije dos años atrás: “Hay que trabajar en las mangas, sino no van a poder vender esta camisa porque la predilección por las mangas es un detalle que está haciendo feliz a la gente”. Así que también presto atención a los detalles. Hay otra gente capaz de hacer foco en estos detalles también, pero no muchas personas son capaces de ver tan a futuro.
En este contexto, ¿qué lugar le asigna al mundo de las alfombras?
El mundo de las alfombras ha atravesado un período bastante largo y difícil. Hoy todos los pisos se encuentran despojados, sólo se ven pisos de madera o piedra. Lo mismo se aplica a los textiles en la casa: ya casi no encontramos tapizados sino simplemente plástico, madera y metal. Todos materiales muy duros. En 2011, cuando parecía que los textiles iban a desaparecer, curé una exposición en Milán llamada Talking Textiles junto a Philip Fimmano. Mostramos las expresiones menos comunes de los textiles en el diseño profesional y dijimos: “Queremos hablar del textil porque está tomando un camino incorrecto”. Llevamos esa exhibición a varios países y realizamos otra llamada Earth Matters, sobre los aspectos ecológicos y biológicos del textil, y de esa manera seguimos manteniendo vigente el debate. Por suerte, en ese tiempo hubo un giro radical y los textiles se están tornando nuevamente populares en los hogares. Estamos viviendo el renacimiento de las cortinas, incluso de los textiles en las paredes; vemos tapizados de tweed, tejidos, diseños textiles. Y vemos también el regreso de las alfombras. Necesitábamos calidez, confort y experiencias sensoriales porque vivimos en las pantallas todo el tiempo. Por lo tanto, cuanto más vivamos “en” las pantallas, más necesidad tendremos de abrazar cosas.
¿Por qué se refiere a la moda como un sistema en crisis?
¡Porque lo es! En cada aspecto de la cadena total nadie más piensa en la moda, desde el ámbito de la educación hasta el consumidor, la venta al público, la publicidad, los diseñadores. Lo que se hace ahora es ropa, no moda.
¿Existe algún lugar en el mundo donde vea una diferencia en este aspecto?
Creo que todo el mundo está en remera, jeans y zapatillas. Hay muy poco interés en la ropa ahora, incluso por parte del público. Si bien la gente quiere usar la remera, el jean y los zapatos correctos, eso es más una categoría de producto y no transforma realmente quién uno es. Un país en el que las mujeres aún se arreglan y los hombres todavía tienen potencial es Italia. Incluso ahí, todas las mujeres usan hermosos vestidos, pero con zapatillas.
Izquierda: Anti_fashion Manifiesto. La industria de la moda ha alcanzado su punto de quiebre. Edelkoort confronta con coraje al marketing y la publicidad, al tiempo que desafía a la educación, los materiales, la fabricación, la comercialización, los diseñadores, los desfiles, la prensa y los consumidores. ¡Es tiempo de celebrar la ropa! Vestimenta: Tigran Avetisyan Derecha: Stéphanie Baechler crea “minerales usables”. Desde su mirada, los minerales recuperan su estado sólido, agregando durabilidad, color y brillo a las prendas. Foto: Stéphanie Baechler
¿Cuáles son los límites, si existen, de sus intereses y preocupaciones?
Me interesa todo aquello que se relaciona con nuestro futuro, porque no está claro que podamos salvarnos como especie. Lo que necesitamos es tratar de descifrar cómo podemos sobrevivir. Pero necesitamos un cambio radical. El factor climático constituye una gran preocupación. Cada vez somos testigos de más desastres naturales. El precio que tenemos que pagar por esos daños es desproporcionado y creo que no vamos a tener suficiente dinero para hacernos cargo. Además, hay peligros inminentes de los humanos hacia los humanos mismos, lo cual no es nada nuevo. Esa sería la menor de mis preocupaciones, aunque está presente. Luego, está la increíble amenaza de la inteligencia artificial y la robotización que quitarán el sustento y el trabajo a la mayoría de la gente. Entonces, o dejamos de tener hijos porque cuál sería el sentido de existir si no hay mucho por alcanzar en esta vida, o habrá guerras civiles entre los extremistas porque la gente tendrá miedo debido a la falta de trabajo. Y, actualmente, ya estamos viendo esto en América. En particular, vemos cómo algunos países pueden perder el control de su economía de un día para otro.
Sí, estamos muy acostumbrados a eso…
Vemos movimientos muy erráticos. Desafortunadamente, no estamos en una página muy buena de la historia. Pero los seres humanos somos inteligentes y a la larga, creo que vamos a ganar. Pienso que en 2050, aproximadamente, la humanidad prevalecerá. Actualmente, estamos ingresando en un mejor terreno para luego volvernos activistas y luchar por el cambio. No alcanza con sentarse y pensar, necesitamos comprometernos más.
Como referente de futuras tendencias, ¿qué rol le da al diseño, especialmente en Latinoamérica?
Unas temporadas atrás escribí un libro de tendencias sobre la emancipación de todo. Hay muchos temas que necesitamos tratar, no sólo la situación de la mujer sino todas las situaciones en el mundo de la gente, de los cambios, de la demanda, de la fibra, del color… ¡Incluso el color debe emanciparse! Que sea posible decir: “Pobres beiges, están tan enojados, no quieren hacer siempre la tarea sucia, démosles también un lindo vestido de noche”, “Pobre jean, no quiere ser siempre un básico, también quiere ser frívolo”. Eso sería enseñarle al público a pensar diferente. Lo que predije en ese libro, y que no podía haber sabido en ese momento, se cumplió dos años después con millones de mujeres en las calles. Eso es tendencia. El último capítulo de ese libro trata sobre la emancipación del hemisferio sur. Allí propongo que los diseñadores y las empresas asuman un papel protagónico y sean realmente socios en todo el negocio global. Así, el hemisferio sur tal vez pueda llevar todo eso al hemisferio norte, que entonces estará herido, amenazado, preocupado, inactivo. Creo que el hemisferio sur puede aportar felicidad, color y una manera de resistir, de enseñarnos cómo sobrellevar las adversidades. Es crucial avanzar, abandonar los propios límites y conquistar el mundo.